A la hora de elaborar un proyecto arquitectónico, es importante tener en consideración una serie de esferas de funcionamiento esenciales. Por ejemplo, el cableado y el funcionamiento de la red eléctrica en general, indispensable para proveer de energía a todo el complejo o edificio de viviendas.
Dentro de esta red, y entre las numerosas posibilidades de instalación de las que podríamos hablar, se encuentran los proyectos de baja tensión para edificios, que son sin duda algunos de los más comunes que podemos encontrar al planificar la construcción o remodelación de un inmueble concreto.
¿Pero qué son exactamente los proyectos de baja tensión?
Vamos a contestar a esta pregunta paso a paso a continuación:
· Definición: Este tipo de proyectos se caracterizan porque se utilizan tensiones que alternan entre los 50 V y los 1000 o, si son continuas, entre los 75 V y los 1500 V. Su función principal es la de la reconversión de la energía eléctrica en otra para que los receptores de baja tensión funcionen.
· Clasificación: Dentro de las instalaciones de baja tensión podemos hacer una clasificación secundaria en función del número de kW. Así, las instalaciones llevadas a cabo en ámbitos cotidianos o domésticos suelen ser monofásicos al ser inferiores a 15 kW, mientras que las que superan esa cifra son trifásicas.
· Tipos de tensión: Según la seguridad, que puede ser mayor o menor, existen los proyectos de baja tensión simples o un nivel menor, es decir, de muy baja tensión de seguridad. Normalmente son menores de 50 V si se encuentran en un entorno seco, y menores de 24 V en zonas con humedad.
· Lugares de instalación: En general, los proyectos de baja tensión se llevan a cabo para dotar de cableado eléctrico a bloques de viviendas y edificios de uso muy común. En cuanto a los de muy baja tensión, es habitual que se reserven a calderas, hornos, depósitos, etc.
En resumidas cuentas, los proyectos de baja tensión para edificios, complejos, naves y construcciones arquitectónicas en general son habituales y una manera básica de dotar de un sistema eléctrico a un inmueble. Su versatilidad y su eficacia a la hora de repartir energía en una red, algo que se debe a su capacidad para convertir una fuente en otra, hace estos proyectos muy necesarios.
Por ese motivo, son proyectos esenciales en la construcción de edificios de nueva planta y en la reforma de otro ya existente.