El agua, al igual que la electricidad, es una necesidad de consumo básica en viviendas y zonas de trabajo. Cualquier vivienda o negocio requiere un uso diario de agua en lo que respecta, por ejemplo, a baños y zonas de office; y en algunos servicios, como peluquerías, más aún.
Por esa razón, el proyecto de fontanería es un paso ineludible del diseño arquitectónico, pues el espacio total debe estar adecuado a la vida diaria y al trabajo. Pero estos proyectos necesitan la cumplimentación de una serie de fases. Veamos las más importantes.
Fases de un proyecto de fontanería
· La fase de la acometida.
Para que un proyecto de fontanería sea culminado con éxito, lo primero que hay que hacer es instalar los recursos básicos. Es decir, las válvulas, que son tanto de retención como de corte; el contador homologado que realiza un seguimiento del consumo de la comunidad de vecinos o trabajadores; el grifo y las canalizaciones de interior.
· La fase de la instalación de equipos.
Además de los recursos anteriormente mencionados, hay que tener en cuenta también que en algunos ayuntamientos es obligatoria la instalación de depósitos o aljibes y bombas de presión.
Esto es especialmente necesario cuando el caudal de agua en una construcción resulta insuficiente, y el sótano o la planta baja suele ser el lugar indicado para la instalación del equipo. Con esto, la maquinaria que funciona como pilar en un proyecto de fontanería estaría a punto.
· La fase de la distribución.
Una vez instalado el núcleo de la red de fontanería de un edificio, el siguiente paso es diseñar la red de distribución que conduciría el caudal hacia cada vivienda u oficina. En este punto del proyecto de fontanería hay que considerar el saneamiento, las tomas de agua caliente y fría, las aguas residuales, etc.
· La reglamentación en general.
Naturalmente, en todo momento hay que considerar los trámites burocráticos que supone la culminación correcta del proyecto. Por ejemplo, hay que tener siempre en cuenta la normativa vigente y sus posibles cambios.
· El mantenimiento a largo plazo.
El proyecto de fontanería, en realidad, nunca tiene un fin claro. Una vez realizada la instalación, hay que dar comienzo a la etapa del mantenimiento periódico con el fin de evitar averías o, en el caso de que ocurran, subsanarlas rápidamente.
En definitiva, la fontanería es uno de los aspectos más importantes de la construcción de un edificio, y particularmente vital en el caso de las viviendas de todo tipo.